Bedmar y Garcíez (Jaén): guía turística completa de historia, naturaleza y consejos

¿Sabías que Bedmar y Garcíez es en realidad la unión de dos pueblos con mucha historia? Este municipio jiennense se ubica al pie de Sierra Mágina, en el corazón de la provincia de Jaén​. Al norte lo abraza el valle del Guadalquivir y al sur se alzan las cumbres de Sierra Mágina, creando un entorno natural espectacular​. Bedmar y Garcíez suma unos 2.500 habitantes y combina a la perfección patrimonio histórico con paisajes de montaña, olivares infinitos y manantiales naturales.

En mi visita a Bedmar y Garcíez quedé fascinado por la tranquilidad de sus calles blancas y la cercanía de la sierra. En esta guía te hablaré en primera persona de todo lo que puedes ver y hacer en este rincón de Jaén: desde sumergirte en su apasionante historia medieval y explorar castillos, hasta recorrer senderos entre adelfas en flor. Hablaremos de sus monumentos más emblemáticos, las rutas de senderismo por el Parque Natural Sierra Mágina, sus fiestas tradicionales más vibrantes y la deliciosa gastronomía local. Prepárate para descubrir por qué Bedmar y Garcíez es un destino único y cómo sacar el máximo partido a tu visita.

bedmar y garciez

Historia y patrimonio

La historia de Bedmar y Garcíez se remonta muy atrás, ¡incluso a la Prehistoria! Me contaron que en las cuevas y abrigos de la zona se han hallado vestigios de asentamientos prehistóricos, lo cual no es extraño dada la cantidad de cuevas naturales en las laderas de Sierra Mágina. Más tarde, por esta tierra pasaron íberos, romanos e incluso visigodos​, dejando huellas que aún hoy marcan el carácter del pueblo.

Sin embargo, el verdadero nacimiento de Bedmar como villa llegó con la época musulmana. Los árabes llamaron a este lugar Bedmar al-Matmar, que significa «el silo» o «la cueva», posiblemente por una gran cueva en la roca que formaba parte de la fortaleza primitiva. Paseando por la falda de La Serrezuela –el cerro que domina Bedmar– imaginé aquella Villa Vieja fortificada que se construyó allá por el siglo VIII para vigilar el valle. De hecho, Bedmar fue una posición estratégica en la frontera del reino nazarí de Granada, y cambió de manos varias veces durante la Reconquista​.

En la cima de la Serrezuela aún se intuyen los restos del Castillo Viejo de Bedmar, una antigua fortaleza árabe del siglo IX adaptada a la roca. Subí hasta allí en una mañana clara y, entre las ruinas de muros y un aljibe tallado en piedra, pude contemplar el mismo panorama que los centinelas medievales: los campos de olivos y el río Bedmar serpenteando por el valle. Más abajo, en el propio casco urbano, se levanta el Castillo Nuevo de Bedmar, construido en el siglo XV por la Orden de Santiago​ tras la conquista cristiana de la zona. Este castillo, erigido en 1411 con nuevas técnicas defensivas, fue tan robusto que los nazaríes nunca lograron tomarlo​. Con el tiempo, Felipe II lo vendió a la familia de Don Alonso de la Cueva, convirtiendo Bedmar en sede de un marquesado.

Mientras Bedmar florecía bajo los cristianos, al otro lado del río Garcíez tenía su propia historia. Originalmente una aldea, Garcíez acabó bajo dominio de la nobleza: aquí se construyó un pequeño castillo señorial sobre un cerro. Aunque hoy del Castillo de Garcíez solo quedan algunos muros de mampostería en lo alto del montículo​, el enclave sigue ofreciendo vistas pintorescas de la campiña. Garcíez fue cedido al rey Fernando III en 1224 tras la toma de Baeza​, y siglos después sus tierras pertenecieron al poderoso Marqués de Viana. De hecho, a principios del siglo XX, Alfonso XIII visitó Garcíez junto al marqués, interesado en sus olivares y en un moderno molino de aceite de la hacienda La Laguna​.

En 1975, Bedmar y Garcíez decidieron unirse administrativamente, formando el municipio tal y como lo conocemos hoy​. Esta fusión voluntaria consolidó un pueblo único con dos almas: la de Bedmar, más grande y al pie de la sierra, y la de Garcíez, más pequeña y en lo alto de su cerro. Juntos comparten un riquísimo patrimonio histórico que he tenido la suerte de recorrer.

Al caminar por Bedmar me topé con joyas arquitectónicas en cada esquina. La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, preside el centro de Bedmar con su fachada barroca y su alta torre campanario. Entré a curiosear y descubrí en su interior detalles góticos, como bóvedas estrelladas, y un hermoso retablo. Cerca de allí se encuentra el Palacio del Marqués de Viana, una casona señorial construida en 1548. Su elegante patio cuadrado con arcos de medio punto y columnas de mármol denota el pasado renacentista y noble de la villa​.

En Garcíez también destaca su Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción, un templo sencillo pero cargado de valor sentimental para los garcileños. Aunque la antigua ermita de la Concepción (siglo XVI) hoy es una vivienda privada, aún conserva su portada original, testimonio del pasado.

Un lugar que me resultó especialmente evocador fue el Santuario de Nuestra Señora de Cuadros. Está a unos 4 km de Bedmar, en pleno paraje natural junto al río, y es una pequeña ermita del año 1615 rodeada de paz. Cada vez que los lugareños me hablaban de la Virgen de Cuadros, notaba el profundo cariño y devoción que le tienen. Justo al lado del santuario se alza un torreón cilíndrico de origen árabe: el Torreón de Cuadros, una antigua torre de vigilancia fronteriza. Subiendo hasta sus pies entendí por qué la ubicaron ahí: desde ese promontorio se dominan el valle y las sierras circundantes, una posición perfecta para divisar intrusos en tiempos convulsos. El torreón, el Castillo Viejo, el Castillo Nuevo y el de Garcíez forman parte del conjunto de fortificaciones medievales de la zona, declaradas Bien de Interés Cultural por su importancia histórica​.

Otros rincones patrimoniales que no pasan desapercibidos son la Casa de la Tercia (un antiguo almacén de grano del siglo XVI, hoy rehabilitado como casa rural) y la Iglesia de San José (siglo XVIII), patrón de Bedmar. En mi paseo matutino, los rayos de sol doraban la fachada de la Casa de la Tercia, imaginando cómo se almacenaban allí los diezmos de cereal siglos atrás. En definitiva, Bedmar y Garcíez ofrecen un viaje en el tiempo: cada piedra de sus castillos, iglesias y palacios cuenta una parte de la historia, desde los íberos hasta los marqueses.

Qué ver y qué hacer

Bedmar y Garcíez puede ser un pueblo pequeño, pero atesora muchas visitas interesantes. Te propongo un recorrido por los lugares imprescindibles que descubrí durante mi estancia:

  • Castillo Viejo de Bedmar: si te gusta la aventura, acércate a las ruinas en lo alto de la Serrezuela. La subida es empinada pero corta, y las vistas desde allí arriba quitan el aliento. Entre los restos de muralla podrás sentir la historia bajo tus pies y disfrutar de una panorámica de 360º de la comarca de Sierra Mágina.

  • Casco histórico de Bedmar: de vuelta en el pueblo, piérdete por sus calles encaladas. En la plaza principal se alza la Iglesia de la Asunción con su campanario, y muy cerca está el Palacio del Marqués de Viana. A mí me encantó fotografiar el contraste entre las casas blancas y las montañas verdes de fondo. Encontrarás también pequeñas tiendas de aceite de oliva y productos locales donde charlar con los vecinos, siempre amables y orgullosos de su tierra.

  • Santuario y Torreón de Cuadros: este paraje natural es un must. Puedes llegar en coche por una carreterita rural (o caminando por un sendero, del que hablaré más adelante). Allí, además de visitar la ermita de la Virgen de Cuadros, podrás ver el histórico torreón árabe entre la vegetación de ribera. Es un lugar perfecto para hacer un picnic junto al sonido del río Cuadros. Yo tuve la suerte de coincidir con un grupo de cabras montesas que bajaban a beber al río, ¡toda una experiencia en plena naturaleza!

  • Iglesia de Garcíez y entorno rural: dedica algo de tiempo a acercarte a Garcíez, la pedanía vecina. Su iglesia de la Inmaculada Concepción y las ruinas del castillo en el cerro te harán sentir en un pueblo de otra época. El trayecto de 5 km desde Bedmar transcurre entre olivares; yo lo hice en coche, pero vi algún ciclista disfrutando de la carretera rural. En Garcíez el tiempo parece ir más despacio, es ideal para pasear sin prisas y respirar aire puro.

  • Museo PaleoMágina: si te interesa la arqueología y la prehistoria, en Bedmar existe un pequeño museo llamado PaleoMágina. Cuando lo visité, pude ver exposiciones de utensilios prehistóricos y hallazgos de la zona (incluso organizan muestras de piezas de Atapuerca). Es un centro de interpretación modesto pero muy educativo sobre la evolución humana y los primeros pobladores de Sierra Mágina. Recomendable para familias con niños o curiosos de la historia antigua.

  • Centro de Interpretación del Aceite y el Olivar: estando en la tierra del olivo, no podía faltar algo relacionado con el «oro líquido». En Bedmar se encuentra la cooperativa Magnasur, productora de aceite de oliva virgen extra con Denominación de Origen Sierra Mágina. Pregunté y me comentaron que en ocasiones organizan visitas guiadas a la almazara donde se explica el proceso de elaboración del aceite. Yo pude degustar su aceite picual intenso, con notas de tomate y hierba fresca, ¡una delicia! Si tienes oportunidad, acércate a comprar una botella de AOVE local o visitar el centro de interpretación oleícola para conocer la importancia del aceite en la economía y cultura bedmareña.

  • Naturaleza y senderismo: para los amantes del senderismo, Bedmar es un paraíso (te lo cuento con detalle en la siguiente sección). Básicamente, no dejes de explorar al menos una de las rutas por el Parque Natural Sierra Mágina que parten cerca del pueblo. La combinación de montaña, bosques mediterráneos y fuentes naturales te regalará momentos inolvidables.

Además de estos atractivos, Bedmar y Garcíez ofrecen pequeñas sorpresas en cada rincón: antiguas fuentes, miradores improvisados y la calidez de sus gentes. Una cosa tan simple como sentarme al atardecer en un banco de la plaza de Bedmar, viendo cómo los vecinos se reúnen a charlar, fue uno de esos placeres que no aparecen en las guías pero que te hacen sentir la esencia del lugar.

Rutas de senderismo y naturaleza

Si te apasiona la naturaleza, Bedmar y Garcíez te van a enamorar. Al estar dentro del Parque Natural de Sierra Mágina, el entorno es privilegiado: picos que rozan los 2.000 metros, valles cubiertos de olivos y huertas, fuentes cristalinas y una biodiversidad sorprendente. Preparé mis botas de senderismo bien temprano porque quería aprovechar los frescos amaneceres para caminar. Aquí te comparto mis rutas favoritas y consejos prácticos:

1. Sendero del Adelfal de Cuadros: Esta es LA ruta estrella y accesible para todos. Comienza en el Área Recreativa de Cuadros, a pocos kilómetros de Bedmar, y sigue el curso del río Cuadros. ¿Qué la hace especial? Que atraviesa uno de los mayores bosques naturales de adelfas (oleanders) de toda la Península Ibérica​. En primavera y verano, la floración de las adelfas pinta de rosa todo el valle del río, ¡un espectáculo digno de cuento! Recorrer este sendero de apenas 2 km (solo ida) es adentrarse en un oasis de vegetación de ribera: sobre el agua del río se entrecruzan sauces llorones, higueras y las adelfas en flor, todo acompañado por el murmullo constante del agua.

Durante mi caminata por el Adelfal de Cuadros, no pude evitar detenerme constantemente a sacar fotos. El ambiente húmedo y fresco bajo la galería vegetal era un alivio en un día caluroso. A mitad de camino se llega al Santuario de la Virgen de Cuadros, donde muchos senderistas aprovechan para descansar a la sombra de los álamos. Muy cerca de la ermita descubrí la llamada Cueva del Agua: un pequeño rincón mágico donde el río se sumerge brevemente en la roca, formando cuevas por las que puedes caminar con cuidado. En verano, algunos visitantes se refrescan los pies en el agua fría de la cueva; yo me animé a entrar un poco y sentir esa atmósfera misteriosa de roca y agua, fue toda una aventura.

El sendero está muy bien señalizado y es prácticamente llano, apto para familias. Además, de vez en cuando, entre los árboles divisaba en lo alto la silueta del Torreón de Cuadros, recordándonos que por aquí pasaba la antigua frontera de reinos​. La ruta termina (o empieza, según se mire) en el Nacimiento del río Cuadros, un manantial llamado El Sistillo donde el agua brota de la tierra. Es un lugar perfecto para refrescarse antes de desandar el camino.

2. Sendero de las Viñas y Mirador del Torreón: Si dispones de más tiempo y ganas de caminar, puedes enlazar desde el Adelfal de Cuadros con el Sendero de las Viñas. Este recorrido forma una ruta circular de unos 10 km que sube por antiguas terrazas donde antaño hubo viñedos (de ahí el nombre). Aunque 10 km puedan asustar, el desnivel no es muy grande y se hace en unas 3-4 horas tranquilamente. Yo emprendí esta ruta una mañana nublada y me sorprendió la tranquilidad del camino: no encontré a nadie más, solo el sonido de mis pasos y algún pájaro. Tras dejar atrás la ribera frondosa, el sendero de las Viñas se interna en el monte mediterráneo, entre encinas y matorral, regalando vistas panorámicas increíbles. Hay un punto, en el Mirador del Torreón de Cuadros, desde el cual pude divisar gran parte de Sierra Mágina e incluso, a lo lejos, los perfiles de Úbeda y Baeza en la lejanía​. ¡Es como asomarse al balcón de la provincia de Jaén! Desde ese mirador se aprecia perfectamente el valle del río Cuadros abajo, con las adelfas dibujando una línea verde-rosácea en el paisaje. Este sendero, además de las vistas, me hizo reflexionar sobre cómo cambian los usos del suelo: donde hoy hay monte bajo, hace más de un siglo hubo viñas hasta que la filoxera arrasó con ellas. La naturaleza se ha ido recuperando y ahora nos brinda un entorno de gran valor ecológico.

3. Otras rutas en Sierra Mágina: Sierra Mágina es un paraíso montañero relativamente poco conocido. Si eres senderista experimentado, quizá te interese subir al Pico Mágina, que con 2.167 metros es la cima más alta de Jaén​. La ascensión clásica se realiza por el otro lado de la sierra (saliendo de Mata Bejid o Albanchez), pero desde Bedmar se pueden organizar excursiones para intentarlo. En mi caso, preferí algo más ligero y opté por subir al Pico Aznaitín (1.745 m) en una ruta cercana, desde donde obtuve vistas formidables de todo el parque natural. Otra excursión recomendable es la ruta del río Gargantón, en la vecina localidad de Bélmez de la Moraleda, para ver una cascada escondida. Y si te apetece explorar, a unos 20 km de Bedmar está la Cascada del Zurreón (cerca de Torres), un salto de agua sorprendente que se puede visitar con un pequeño desvío en la ruta de Fuenmayor. En resumen, hay rutas para todos los gustos: desde paseos familiares hasta retos de alta montaña. Mi consejo es que siempre vayas equipado con buen calzado, agua abundante y protección solar, ya que el sol andaluz puede pegar fuerte incluso en la sierra.

Consejos prácticos para senderistas: Antes de salir, infórmate en el Ayuntamiento o con vecinos sobre el estado de los senderos, especialmente tras temporales de lluvia. La mejor época para caminar aquí es primavera (por las flores y el caudal de fuentes) u otoño. En verano, comienza temprano para evitar el calor del mediodía, y en invierno lleva ropa de abrigo porque en las cumbres puede hacer mucho frío. La Sierra Mágina es hábitat de especies como cabra montés, jabalíes e incluso águilas, así que mantén la prudencia y respeta la fauna. Por último, recuerda recoger tu basura y seguir los senderos marcados para conservar este entorno natural único.

Fiestas y tradiciones

Una de las mejores formas de conocer Bedmar y Garcíez es a través de sus fiestas populares, donde se mezclan la devoción religiosa, la alegría de la comunidad y antiguas tradiciones agrícolas. Tuve la suerte de vivir de cerca una de estas celebraciones, y puedo asegurarte que el ambiente festivo contagia a cualquiera. Estas son las principales fiestas y costumbres del municipio:

  • Fiestas patronales de la Virgen de Cuadros (septiembre): Son las fiestas grandes de Bedmar, en honor a su patrona, la Virgen de Cuadros. Se celebran cada año entre el 22 y el 28 de septiembre​. El día 25 por la tarde-noche viví uno de los momentos más emotivos: los bedmareños se congregan en el Peñón de San José, a la entrada del camino del santuario, para esperar la llegada de la Virgen que baja desde su ermita en romería. Cuando apareció la pequeña imagen entre cantos y cohetes, los devotos la acompañaron caminando con velas hasta la iglesia de la Asunción en el pueblo. Allí permanecerá un mes entero, recibiendo visitas y ofrendas. Finalmente, el último domingo de octubre, vuelve la romería de retorno: los vecinos llevan de nuevo a la Virgen hasta su ermita de Cuadros, donde quedará hasta el próximo septiembre. Participar en esta romería me puso la piel de gallina, con sus tradiciones transmitidas de generación en generación y ese fervor sincero que se palpa en el ambiente.

  • Ferias de Agosto: A principios de agosto Bedmar organiza su feria de verano, pensada en origen para los emigrantes del pueblo que regresaban de vacaciones. Son unos días (primera quincena de agosto) llenos de actividades culturales, deportivas y mucha fiesta​. Por las noches hay verbena popular con orquesta en vivo, y el momento cumbre que más esperé fue la degustación de la pipirrana. La pipirrana es una ensalada fría típica jiennense (con tomate, pimiento, cebolla, aceite de oliva…), y en la feria preparan una fuente gigantesca para que todo el mundo la pruebe​. ¡Nunca había visto tanta pipirrana junta! Después de comer y socializar, la música y el baile se prolongan hasta altas horas. Es una fiesta sencilla y acogedora, donde me sentí uno más entre los vecinos. Esta feria relativamente nueva (nació en los 80) se ha convertido en tradición veraniega y homenaje a los bedmareños ausentes que vuelven al pueblo por vacaciones.

  • Fiesta de San José (1 de mayo): San José es el patrón de Bedmar, y curiosamente su fiesta la celebran el 1 de mayo en lugar del 19 de marzo (Día de San José tradicional). Me explicaron que este cambio se hizo para aprovechar el festivo del Día del Trabajador. El 1 de mayo por la mañana, la pequeña imagen de San José es sacada en procesión por las calles de Bedmar, llevada por los hermanos de la cofradía​. Es una procesión humilde comparada con otras, pero muy querida. Los «hermanos mayores» de la hermandad invitan luego a una fiesta, y es costumbre encender algunas hogueras la noche previa (recordando quizás antiguas celebraciones de la primavera). Si visitas Bedmar en esa fecha, encontrarás un ambiente alegre en el pueblo, con muchas familias participando en la misa y procesión.

  • Semana Santa: Como buen pueblo andaluz, Bedmar vive intensamente la Semana Santa. Aunque es más pequeña que en ciudades, tiene un encanto especial. Me llamó la atención la procesión de la madrugada de Viernes Santo, en la que sacan a la Virgen de los Dolores y a Nuestro Padre Jesús Nazareno muy temprano, casi de noche, iluminados por velas​. La salida de las imágenes del templo es espectacular por el silencio y recogimiento que la rodea. Los pasos recorren las calles estrechas y se unen al amanecer con el canto de los pájaros. También el Domingo de Resurrección tienen la tradición de los hornazos: es típico comer hornazo, un bollo de pan con un huevo duro dentro, para celebrar el fin de la Cuaresma.

  • San Marcos en Garcíez (24-25 de abril): Tuve la curiosidad de acercarme a Garcíez para sus fiestas patronales de San Marcos, y valió la pena. Durante el 24 y 25 de abril, los garcileños sacan a San Marcos en procesión hasta las afueras del pueblo, pidiendo que bendiga los campos y traiga lluvia para las cosechas​. Tras la misa de campaña, viene lo mejor: la gente se reúne a compartir el tradicional guiso de habas secas y los roscos de San Marcos. Probé este guiso contundente de habas con matanza que preparan en grandes perolas, y de postre repartieron unos roscos de pan dulce bañados en anís que estaban riquísimos. Antaño, me contaron, el Marqués de Viana (dueño de las tierras) costeaba los ingredientes de este convite para todo el pueblo. Hoy la tradición sigue viva por la propia comunidad. El último día, 25 de abril, también sacan en procesión a una imagen llamada El Señor de las Injurias, completando unas fiestas sencillas pero llenas de simbolismo agrícola y fe popular.

Además de estas fiestas mayores, existen otras costumbres locales encantadoras. Por ejemplo, la Noche de San Antón (16 de enero) es típica de muchos pueblos jiennenses: en Bedmar se encienden luminarias (hogueras) en distintos barrios, alrededor de las cuales se reúnen vecinos a asar chuletas y chorizos, y los jóvenes saltan sobre las brasas en un ritual purificador. En la víspera de la Candelaria (2 de febrero) también era costumbre salir al campo a merendar la «rosca de la Candelaria» con habas, y colocar ramas de higuera en las puertas de casa, símbolo de abundancia (algunos incluso ponían discretamente unos cuernos en las puertas, en tono jocoso). Muchas de estas tradiciones las conocí conversando con los mayores del lugar, que las recuerdan con nostalgia. Aunque algunas se han perdido, otras perviven adaptadas a los tiempos modernos, y todas forman parte del rico patrimonio inmaterial de Bedmar y Garcíez.

Gastronomía y dónde comer

No se puede ir uno de Bedmar y Garcíez sin disfrutar de su gastronomía. Como buen viajero hambriento, fui apuntando los platos típicos que debía probar y preguntando a los locales por recomendaciones de bares y restaurantes. La cocina bedmareña es la tradicional de la Sierra Mágina, con productos de la huerta y de la matanza del cerdo como protagonistas​. Aquí los espárragos trigueros, las alcachofas y las habas tiernas recién cogidas tienen un sabor excepcional, y suelen incorporarse a revueltos, potajes y guisos.

En mis comidas por el pueblo descubrí auténticas delicias caseras. Uno de los platos que más me reconfortó en un día fresco fue las migas de harina, servidas bien calientes y acompañadas de pimientos fritos, chorizo y trocitos de tocino​. ¡Energía pura para seguir explorando! También probé los andrajos, un guiso típico de la zona: son como tortas de masa cocidas en caldo, que en Bedmar preparan con conejo o liebre, y a veces con bacalao o almejas (una curiosa mezcla de monte y mar). La versión que degusté tenía un intenso sabor a laurel y comino, realmente sabrosa. Otro clásico es el pisto a la manera bedmareña, que lleva calabacín, berenjena, pimiento y tomate, todo bien reducido y frito a fuego lento, ideal para untar con pan.

En época de Cuaresma, muchos hogares preparan el potaje de garbanzos con bacalao o de alubias, platos de cuchara que reponen fuerzas tras una jornada de campo. Y para acompañar cualquier comida, nada mejor que la pipirrana jiennense, esa ensalada fresca de tomate, pimiento verde, huevo duro y atún, aliñada generosamente con aceite de oliva virgen extra de Sierra Mágina. Tuve la suerte de probar una pipirrana colectiva durante la feria de agosto, y desde entonces se ha ganado un lugar en mi lista de ensaladas favoritas.

¿Y los postres? Aquí los dulces tradicionales merecen capítulo aparte. Si eres goloso, en Bedmar y Garcíez vas a disfrutar: roscos de huevo, tortas de aceite y matalahúva (anís), flores fritas, papajotes (una especie de buñuelos de masa de harina y leche), almendrados, torrijas, gachas dulces… la lista sigue. Yo caí rendido ante las flores (esas masas fritas con forma de flor, espolvoreadas de azúcar) y los roscos de San Marcos que me regalaron en Garcíez, ligeramente anisados, perfectos para el café de la tarde. Todos estos dulces tradicionales suelen hacerse en casa por las abuelas en fechas señaladas, así que si visitas durante alguna fiesta puede que tengas ocasión de probarlos. Por cierto, prácticamente todos los platos, salados o dulces, llevan el ingrediente estrella de la comarca: el aceite de oliva virgen extra local​, de variedad picual y con Denominación de Origen Sierra Mágina, que realza los sabores como ningún otro.

Ahora bien, ¿dónde comer en Bedmar y Garcíez para saborear estas maravillas? Aunque son pueblos pequeños, hay varios sitios recomendables que yo mismo testee:

  • Bar Casa Seba (Bedmar): Es un bar de toda la vida en el centro de Bedmar, famoso por sus tapas generosas y su ambiente familiar. Me pedí una cerveza y me sirvieron de tapa unas migas con melón que estaban de escándalo. Su carta es sencilla pero auténtica: carnes a la brasa, embutidos caseros, y platos tradicionales como andrajos o lomo de orza. Los fines de semana se llena de gente de los alrededores, señal de que se come bien y a buen precio. Sin duda, Casa Seba me hizo sentir como en la casa de un amigo, con un trato cercano y amable.

  • Restaurante El Adelfal (Paraje de Cuadros): Este restaurante está situado junto al área recreativa de Cuadros, en plena naturaleza. Después de mi ruta de senderismo, me senté en su terraza con vistas al bosque de adelfas. Ofrecen cocina jiennense con un toque creativo. Probé un revuelto de espárragos silvestres (recién cogidos del campo) y una carrillada en salsa de vino tinto que prácticamente se deshacía. Todo regado con aceite de oliva de la zona, claro. Si buscas comer rodeado de verde y tranquilidad, El Adelfal es ideal. Además, tienen horario adaptado para almuerzos tardíos en fin de semana, perfecto si terminas una caminata con apetito atrasado.

  • Mesón El Mirador (Bedmar): Ubicado en la parte alta de Bedmar, este mesón ofrece efectivamente un “mirador” hacia el pueblo y las sierras. Su especialidad son las comidas caseras tradicionales. Fui una noche y disfruté de unas morcillas en caldera y unos chorizos al infierno (flambeados) que estaban riquísimos. Tienen también raciones de quesos y aceitunas de la zona para picar. La decoración es rústica, con aperos de labranza en las paredes, y el servicio muy atento. Al salir, me quedé un rato en el exterior deleitándome con las luces del pueblo abajo y un cielo estrellado impresionante arriba.

  • Otros sitios: En Garcíez, aunque es pequeño, hay algún bar donde tomar algo, pero muchos habitantes se desplazan a Bedmar para comidas más elaboradas. Si estás de ruta por la comarca, a pocos kilómetros tienes opciones en pueblos vecinos o incluso en la carretera hacia Úbeda. Pero sinceramente, con los tres sitios anteriores tienes suficiente variedad sin salir de Bedmar. Un consejo: los horarios de cocina en los pueblos suelen ser los tradicionales (comidas de 1 a 3 PM, cenas de 8 a 10 PM). Fuera de esos rangos, es posible que encuentres bares cerrados o solo sirviendo bebidas. Así que planifica tus comidas o ten a mano algo de picoteo, sobre todo si vas a hacer senderismo.

Por último, no dejes de entrar en alguna panadería local. Yo encontré una donde hacían pan en horno de leña y dulces artesanales; salir de Bedmar sin unos ochíos (bollitos de aceite y pimentón) o un buen pan cateto sería casi un pecado viajero.

Dónde alojarse

A la hora de alojarte en Bedmar y Garcíez, tienes varias opciones acogedoras que te permitirán disfrutar de la estancia con comodidad. No esperes grandes hoteles de cadena (la magia aquí es precisamente lo rural y familiar), pero sí encontrarás desde pequeños hoteles con encanto hasta casas rurales completas para grupos. Te cuento algunas alternativas:

  • Hotel Rural El Paraíso de Mágina: Este hotel-restaurante está a las afueras de Bedmar, en la carretera que va hacia Cuadros. Es posiblemente la opción más completa, con habitaciones amplias, piscina y restaurante propio. Me alojé aquí una noche y el nombre le viene al pelo: despertarse con vistas a Sierra Mágina desde el balcón fue un paraíso matutino. Las instalaciones son modernas pero conservan un estilo rústico andaluz. Además, su restaurante sirve muchos platos típicos, así que puedes cenar allí mismo después de un día de turismo. Al estar algo elevado, las vistas del pueblo al atardecer desde la terraza son espectaculares. El Paraíso de Mágina también es popular para eventos (bodas, etc.), así que conviene reservar con antelación si coincides en temporada alta o fines de semana.

  • Hostal Rural de Cuadros: Junto al Santuario de Cuadros, a unos 4 km del pueblo, se encuentra un pequeño hostal rural con unas 6-7 habitaciones. Es ideal si tu plan es centrarte en la naturaleza, porque literalmente estás en el corazón del valle del Cuadros. Imagina dormir con el sonido del río de fondo y salir a pasear al amanecer entre adelfas… Esa fue mi experiencia al hospedarme allí. Las habitaciones son sencillas pero limpias, estilo casa de campo, y los dueños muy hospitalarios. Ten en cuenta que para cualquier cosa (tienda, farmacia, etc.) tendrás que desplazarte al pueblo, pero si buscas paz total, es tu sitio. Desde el hostal puedes iniciar las rutas de senderismo sin usar el coche, lo cual es una ventaja.

  • Casas rurales: Si viajas en grupo, en familia o simplemente prefieres la independencia, hay varias casas rurales en Bedmar y alrededores. Por ejemplo, está la Casa Rural El Cercadillo, un cortijo tradicional restaurado con piscina, ideal para verano. También la Casa Rural El Parral, que tiene jardín y barbacoa, perfecta para hacer una parrillada con productos locales. Muchas de estas casas rurales tienen precios muy asequibles (el promedio ronda 25-30 € por persona/noche según temporada) y ofrecen la experiencia de vivir en un entorno auténtico. Yo visité a unos amigos que se alojaban en un alojamiento rural dentro del mismo Bedmar, y tenían chimenea, cocina equipada y hasta juegos de mesa para las noches tranquilas. Puedes encontrarlas en plataformas como EscapadaRural, Airbnb o Booking, pero si prefieres trato directo, la Oficina de Turismo local o el Ayuntamiento te pueden facilitar contactos.

  • Alojamientos en pueblos cercanos: Dado que Bedmar está estratégicamente situado en la comarca, también podrías dormir en pueblos cercanos y visitar Bedmar en el día. Por ejemplo, Jódar (a 15 km) es una localidad mayor con algún hotelito y está a un paso, o Úbeda y Baeza (ciudades Patrimonio de la Humanidad) quedan a unos 30-40 minutos y cuentan con una amplia oferta hotelera. Sin embargo, mi recomendación es vivir la experiencia rural quedándote en Bedmar y Garcíez mismo al menos una noche. Las estrellas brillan diferente cuando no hay luces de ciudad, y el amanecer con el canto de los gallos y los pájaros es algo impagable para quienes venimos de entornos urbanos.

Consejo: Reserva con cierta antelación si planeas visitar durante fiestas (septiembre, agosto) o en puentes, ya que al haber pocas plazas de alojamiento, suelen llenarse. Y si vienes en invierno, asegúrate de que tu alojamiento tenga buena calefacción o chimenea, porque las noches serranas pueden ser frías.

Cómo llegar y consejos prácticos

Llegar a Bedmar y Garcíez es relativamente sencillo, aunque al ser un destino rural no cuenta con grandes estaciones de transporte. Te explico las opciones y algunos consejos prácticos para planificar tu viaje:

En coche: Es la forma más cómoda de acceder. Bedmar y Garcíez se sitúa aproximadamente a 48 km de Jaén capital (unos 45 minutos en coche)​

. Desde Jaén, la ruta más rápida es tomar la autovía A-316/A-324 hacia Mancha Real y Jimena, y desde allí seguir las indicaciones a Bedmar. La carretera serpentea entre olivares y pequeñas sierras, así que disfruta del paisaje. Si vienes desde Úbeda/Baeza, está a unos 28-30 km al suroeste; debes tomar la A-6101 pasando por Jódar. El trayecto desde Úbeda me llevó unos 35 minutos, pasando por campos de cereales y luego adentrándome en la comarca de Mágina. Las carreteras comarcales están en buen estado, aunque son de curvas en algunos tramos. Desde Granada (o sur), lo habitual es llegar hasta Huelma o Cambil por la A-401 y luego conectar con la JA-4202 que cruza Sierra Mágina, pero este camino es más montañoso. En cualquier caso, un coche te dará libertad para moverte entre Bedmar, Garcíez y los parajes naturales cercanos.

En transporte público: Hay autobuses interurbanos que conectan Bedmar con algunas localidades. Por ejemplo, existe un autobús desde Jaén que va hacia Bélmez de la Moraleda y Huelma, pasando por Bedmar (operado por empresas de transporte provincial). Los horarios no son muy frecuentes, así que conviene consultarlos con antelación en la estación de autobuses de Jaén o en la web del consorcio de transportes. Otra opción es tomar un bus a Jódar o Jimena, y desde allí un taxi a Bedmar, dado que la distancia es corta. Si vienes en tren, la estación más cercana está en Jódar-Úbeda (en la línea Linares-Almería), pero desde allí tendrías que combinar taxi o bus. En resumen, se puede llegar en transporte público, pero para moverte por la zona luego es muy útil tener coche o bici.

Consejos de accesibilidad: Dentro del pueblo de Bedmar, las distancias se recorren fácilmente a pie. Las calles principales son llanas, aunque si subes a la parte alta (hacia la Serrezuela) hay cuestas empinadas. Garcíez, al estar en un cerro, tiene calles más inclinadas. Aparcar no fue un problema en absoluto; hay varias zonas donde dejar el coche gratis, por ejemplo cerca de la plaza de la Constitución en Bedmar o a la entrada de Garcíez. Sólo en días de fiesta encontré más tráfico y coches, pero aun así se consigue sitio andando un poquito.

Mejor época para visitar: Personalmente recomiendo primavera u otoño. En primavera (abril-mayo) el campo está verde, los arroyos llevan agua y las temperaturas son muy agradables para hacer senderismo o pasear (20-25°C). Además, coincides con las flores de la sierra: adelfas en mayo-junio, y miles de amapolas y otras silvestres en abril. El otoño (octubre) también es precioso, con tonalidades ocres en los bosques de ribera y las primeras aceitunas madurando en los olivos. El verano puede ser bastante caluroso en el pueblo (julio y agosto fácilmente superan los 35°C al mediodía), aunque por las noches refresca y siempre puedes refugiarte en las fuentes naturales. En invierno, Bedmar es tranquilo; no suele nevar en el pueblo, pero las cumbres de Sierra Mágina sí se cubren de nieve, creando una postal invernal desde lejos.

Consejos varios:

  • Ropa y calzado: Trae calzado cómodo incluso si no vas a hacer senderismo, porque acabarás caminando por callejuelas empedradas y caminos rurales. Si vienes en época de lluvias, unas botas de trekking o deportivas impermeables vienen bien por el barro en los senderos. En verano, protección solar, gorra y agua siempre contigo, ya que el sol pega fuerte y hay pocas sombras fuera de las arboledas.

  • Altitud: Bedmar está a unos 640 metros sobre el nivel del mar​, así que la temperatura es ligeramente más fresca que en la llanura del Guadalquivir. Esto se agradece en verano, pero implica llevar abrigo por las noches incluso en junio o septiembre. Yo en septiembre necesitaba una chaqueta ligera al caer el sol.

  • Servicios: El municipio cuenta con lo básico: pequeño supermercado, panaderías, farmacia, centro de salud de atención primaria, cajero automático y gasolinera en las afueras. No esperes grandes tiendas, para compras más específicas tendrás que ir a Jódar o Úbeda. Eso sí, encontrarás productos locales exquisitos a la venta: aceite de oliva de Sierra Mágina, quesos de cabra artesanos, embutidos caseros (la orza de lomo o chorizo de la zona es excelente).

  • Respeto al entorno: Bedmar y Garcíez es un destino de turismo rural tranquilo. Sus habitantes aprecian a los visitantes respetuosos que valoran su patrimonio y naturaleza. Por eso, es importante no dejar basura en los parajes, no molestar a los animales domésticos ni silvestres, y respetar las propiedades privadas (muchos campos de olivos son fincas particulares). En mis recorridos siempre me saludaban con un «¡Buenas!» y alguna que otra conversación espontánea; ser amable y abierto te permitirá conocer mejor las costumbres locales.

Con estos consejos en mente, creo que estarás bien preparado para disfrutar de Bedmar y Garcíez al máximo. Es un destino que, sin ser famoso, ofrece autenticidad y belleza real. Yo me marché de allí con la sensación de haber descubierto un pequeño tesoro escondido en Jaén, y con ganas de volver algún día a seguir explorando sus senderos y degustando sus platos.

Preguntas frecuentes

¿Dónde se encuentra Bedmar y Garcíez?
Bedmar y Garcíez está en la provincia de Jaén, al sureste de España. Se ubica en la comarca de Sierra Mágina, a unos 48 km de la ciudad de Jaén​

. Es un municipio rural formado por dos núcleos (Bedmar y Garcíez) que se fusionaron, rodeado de olivares y muy cerca del Parque Natural de Sierra Mágina.

¿Bedmar y Garcíez son dos pueblos diferentes?
Fueron dos pueblos independientes hasta 1975, año en que se unieron en un solo municipio​. Actualmente Bedmar y Garcíez funcionan como un mismo ayuntamiento, aunque físicamente siguen siendo dos localidades separadas por 5 km. Bedmar es el núcleo mayor (donde están la mayoría de servicios) y Garcíez es una pedanía más pequeña. Ambos comparten historia y tradiciones, y juntos forman un municipio con identidad común.

¿Qué puedo ver en Bedmar y Garcíez?
A pesar de su tamaño, hay mucho por ver. En Bedmar destaca el Castillo Nuevo (ruinas medievales) y el Castillo Viejo en lo alto de la sierra, la Iglesia de la Asunción y el Palacio del Marqués de Viana en el casco urbano, y el Santuario de la Virgen de Cuadros con el antiguo torreón árabe en las afueras. En Garcíez puedes ver su iglesia parroquial y los restos del castillo señorial. Además hay un Museo PaleoMágina de arqueología y varios rincones con encanto. La naturaleza circundante es un atractivo en sí misma, con ríos, cuevas y montes para explorar.

¿Hay rutas de senderismo en Bedmar?
¡Sí, muchas! La ruta más popular es la del Adelfal de Cuadros, un sendero corto y fácil que sigue el río entre adelfas gigantes y llega al santuario de Cuadros. También desde allí parte el sendero de las Viñas que sube al Mirador del Torreón con vistas panorámicas. En Sierra Mágina hay rutas más largas, incluyendo la subida al Pico Mágina (techo de Jaén con 2.167 m) para los más aventureros. Otras rutas cercanas llevan a cascadas, bosques de encinas y antiguos caminos entre pueblos. En la sección de naturaleza de esta guía describimos las principales rutas con detalle.

¿Cuándo son las fiestas de Bedmar y Garcíez?
Las fiestas patronales de Bedmar son en honor a la Virgen de Cuadros, del 22 al 28 de septiembre, con romerías y actividades religiosas​. En Garcíez, la fiesta grande es San Marcos el 24 y 25 de abril, con procesiones al campo y reparto de habas y roscos​. Además, Bedmar celebra la Feria de Agosto (primeros de agosto) con verbenas y pipirrana popular, la fiesta de San José el 1 de mayo, y las tradiciones de San Antón (hogueras en enero) y Semana Santa con procesiones. Cada una tiene su encanto, así que dependiendo de la fecha de tu visita podrías encontrarte el pueblo en plenas celebraciones.

¿Qué platos típicos puedo probar en Bedmar y Garcíez?
La gastronomía local es muy casera y sabrosa. Algunos platos típicos son las migas de harina con tropezones (chorizo, pimiento, etc.)​, los andrajos (guiso con tortas de harina y carne o pescado), el pisto de verduras, y potajes de garbanzos o alubias con bacalao. En temporada de huerta se preparan muchos platos con espárragos trigueros, alcachofas y habas frescas. No falta la pipirrana (ensalada fría) en verano. En repostería, prueba los roscos de huevo, las tortas de aceite, los papajotes y las flores fritas, todos elaborados tradicionalmente. Y por supuesto, todo sabe mejor con el aceite de oliva virgen extra de Sierra Mágina, que está presente en cada receta.

¿Dónde puedo alojarme en Bedmar y Garcíez?
Tienes opciones de alojamiento rural muy acogedoras. Por ejemplo, el Hotel Rural El Paraíso de Mágina a las afueras de Bedmar ofrece habitaciones cómodas, piscina y restaurante. También está el Hostal Rural de Cuadros junto al santuario, ideal si quieres estar en plena naturaleza. Además hay varias casas rurales que se pueden alquilar completas (como El Cercadillo, El Parral, etc.), perfectas para familias o grupos, con todas las comodidades y entorno rural. Lo recomendable es reservar con tiempo en temporada alta, ya que la oferta es limitada. Si prefieres un hotel urbano, podrías quedarte en Úbeda o Jaén y venir en el día, pero dormir en Bedmar te permitirá vivir una experiencia más auténtica.

¿Cómo llego a Bedmar y Garcíez?
La mejor forma es en coche. Desde Jaén son unos 45-50 minutos por carretera (vía Mancha Real y Jimena), y desde Úbeda/Baeza unos 30-40 minutos por Jódar​

. También hay autobuses interurbanos desde Jaén que paran en Bedmar, aunque con pocos horarios diarios. Si vienes en transporte público, quizás debas combinar tren o bus hasta una ciudad cercana (Jaén, Úbeda) y luego taxi o bus local a Bedmar. Dentro del pueblo no tendrás problemas para moverte caminando. En la sección «Cómo llegar» de esta guía tienes más detalles sobre rutas y consejos de transporte.

¿Por qué visitar Bedmar y Garcíez?
Porque es un destino que reúne historia, naturaleza y autenticidad en un solo lugar. Aquí podrás explorar castillos medievales sin aglomeraciones, hacer senderismo por paisajes vírgenes, participar en fiestas tradicionales genuinas y saborear la cocina andaluza más casera. Todo ello en un ambiente tranquilo, donde el tiempo parece ir más despacio y el viajero es recibido con una sonrisa. Si buscas una experiencia rural en Andalucía, alejada de los circuitos turísticos masivos, Bedmar y Garcíez te va a sorprender gratamente. Yo vine atraído por sus rutas en la sierra y me llevé además el recuerdo de su gente hospitalaria, sus noches estrelladas y esa sensación de haber descubierto un rincón mágico de Jaén. ¡Te animo a comprobarlo por ti mismo en tu próxima escapada!

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